Nadie vino en la fiesta de cumpleaños de un chico con autismo, pero de repente pasó algo increíble.
Le trataron a Glenn como a alguien muy, pero muy importante. Por un rato el chico pudo sentirse como un policía.
“Estoy seguro que los vecinos nos miraban por las ventanas” escribió el padre del chico, John Burrati, en su cuenta en Facebook.