Estaba muy estropeada por varias enfermedades y tenía sólo unas semanas. Mira cómo cambió.
Encontraron a esta gatita en el arcén de una calle cuando tenía sólo unas semanas. La llevaron al veterinario en Estambul. Cuando los que trabajan en la clínica la vieron, se la comían los insectos, además no tenía una oreja ni una parte de la lengua. Todos pensaban que la gatita no sobreviviría. La nombraron Gülümser que en turco significa sonriente. Estaba muy mal, pero no dejaba de luchar por su propia vida. Aquí podéis ver su lucha por la salud. Ahora se siente bien y tiene una familia dónde todo el mundo la quiere. Hay que recordar que adoptando un animal sin techo, cambiamos todo el mundo.