Una familia encontró a una ardilla herida. ¡Lo que hicieron luego es muy dulce!
A Arttu le gustaba mucho sentarse en la mano. No era nada agresivo.
Le encantaba dormir en los bolsillos. Y también ya sabía reconocer a los miembros de la familia y no le gustaban los extraños.
Cuando se curó, intentaron devolverle la libertad. Sin embargo, fue imposible.