Fueron matrimonio por 75 años. Después de tantos años tenían sólo un sueño y... ¡lo cumplieron! Cuesta contener las lágrimas...
Eran un matrimonio muy acorde. Su hija, Aimee, dijo que “sus corazones latían del mismo ritmo desde que lo recuerda”. ¿No os parece que no hay muchas parejas como esta?
Por desgracia, a Alexander se le rompió una cadera ya ya no se recuperó. Es más, cada vez se sentía peor. Su organismo ya no podía luchar más. La familia instaló en su casa una cama especial para el enfermo. Gracias a eso los esposos podían seguir juntos.
Alexander y su esposa tienen 5 hijos, 10 nietos y 6 bisnietos. La pareja estaba feliz y quizá por eso la familia aceptó su muerte con tranquilidad. Y más porque murieron así cómo querían: en la misma cama, uno al lado del otro.