Este hombre tiene 75 años y está solito. Cuando tuvo que reparar el techo, podía contar consigo mismo y con nadie más. Sin embargo pasó algo sorprendente...
Reparar un techo cuesta mucho y por eso el señor mayor quiso hacerlo con sus propias manos. Ya sabéis que poca gente tiene mucho dinero...
El señor Richard, muy conmovido, dijo a un periodista local que “esto permite recuperar la fé en la humanidad”. No podía creer que alguna persona desconocida quiso ayudarle. ¡Es más! Se acercó mucha gente para ayudarle sin pedir nada en cambio.
Él necesitaría unas semanas enteras para terminar la obra...