Fue condenado a 48 años de cárcel. 17 años más tarde un niño de 9 años despierta en él una nueva esperanza...
La tarea de Clyde es notar cuando el niño va a tener otro ataque de pánico y entretenerle lo suficiente para que se olvide de esta sensación. Clyde siente el corazón latiendo más deprisa. Vale la pena añadir que gracias a su nuevo amigo, Zack se tranquilizó bastante. Y todo eso fue la idea de un condenado...
Esta historia nos hace recordar lo importante que es echar una mano a los demás. No sólo Chris ayudó al niño y a sus padres, sino también ellos le dieron esperanza de que a pesar de su pasado pueda rehabilitarse.