Estaba arrojando las cenizas de su perro cuando su amigo le echó una foto e vio algo extraordinario...
Cada uno que tenía una mascota ya sabe cuánto duele perderla. Ashley Lang pasó con su perro, Wagner, doce años bellísimos. Después de su muerte, la mujer quiso tener un buen recuerdo...
Durante doce años Ashley todos los días iba con Wagner a un bosque cercano y por eso la idea de arrojar sus cenizas ahí le parecía bien. A Wagner ya le gustaría esta idea. En aquél momento un amigo de Ashley le echó una foto y... ¡Se quedó boquiabierto!
Saber que nuestras mascotas de cierto modo siguen con nosotros, consuela un poco. ¿Estáis de acuerdo que una foto así es un buen recuerdo?