Una señora de la limpieza le contó su vida a una mujer muy rica. Me puse a llorar...
Una mujer bella y muy rica, vestida con la ropa de las mejores marcas, se lamentaba de su vida a su psicoterapeuta. Dijo que su vida no tiene sentido, se siente vacía.
Entonces el psicoterapeuta llamó a una mujer mayor que se ocupaba de mantener la limpieza en su despacho. Le dijo a su paciente: “Le voy a pedir a doña Juana que le diga cómo encontró la felicidad en su vida. Usted sólo escúchela, por favor”.
Doña Juana dejó su escoba, se sentó en una silla y empezó a hablar :
“Bueno, mi marido murió de cáncer, tres meses más tarde un coche mató a mi hijo. Estaba sola, no tenía a nadie ni nada. No podía comer, dormir, dejé de sonreir, intenté suicidarme.
Una tarde volvía a casa del trabajo y encontré a un gatito. Me dio mucha pena. Hacía frío fuera, pues me lo llevé a casa. Le di un poquito de leche, se bebió todo. Luego maullaba pidiendo caricias y bueno, por primera vez desde hace muchos meses sonreí.
Pensé un momento. ¿Si por ayudar a un pequeño gato me sentí mejor, pues quizá si ayudase a los demás finalmente estaría feliz?
Al día siguiente preparé unas galletas y me fui al piso de mi vecino cuál estaba enfermo en la cama.
Todos los días intentaba hacer algo amable por los demás. Veía su alegría y me sentía mucho mejor.
¿Y ahora? No conozco a nadie que comiera con más apetito y durmiese mejor que yo. Encontré la felicidad en compartirla con los demás.”
Después de escuchar esta historia, la mujer rica se puso a llorar. Tenía todo lo que se puede comprar, pero perdió todo lo que no se puede tener gracias al dinero.
La belleza de la vida no consiste en el nivel de nuestra felicidad, sino en la felicidad que damos a los demás.
La felicidad no es un objetivo en sí, es un camino.
La felicidad no es el futuro, es el presente.
La felicidad no es ninguna condición, es una decisión.
¡La felicidad es lo que somos y no lo que tenemos!
Comparte esta historia para que la felicidad se extienda.
[Fuente Heartwarming