Una niña visitó a una perrera y vio algo que no veían los adultos.
Los ojos muy tristes seguían los pasos de todos los visitantes, pero nadie hizo caso a estos ojos tan tristes. Una pequeña perrita de beagle, Suzie, quería tanto ser adoptada... Quería tener una familia. Después de muchos días de espera la vio una niña... Fue cuando sus vidas cambiaron para siempre y eso de manera positiva.
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