Sus dueños le atemorizaron tanto que lo único que hacía este perro era mirar la pared...
Hace poco un anónimo llamó a una de las organizaciones que ayudan a los animales callejeros maltratados. Unos voluntarios se fueron a por una perrita llamada Angel.
Angel tenía tanto miedo que ni miró a los desconocidos. Lo único que hacía era huir a un rincón y mirar la pared. Por suerte, los perros tienen una increíble habilidad de confiar de nuevo en la gente a pesar de todo el dolor. Por eso ahora Angel está feliz con sus nuevos dueños dignos de amor.