Cuando su hija se puso a llorar estando bajo la ducha, corrió para ayudarle. No pensaba que pasó algo tan grave...
Grace Yeats era una niña feliz de 10 años de Nueva Zelanda. Le gustaba el deporte y escuchar la música. Un día Grace se quejó por varios dolores típicos por la gripe. Su madre dijo que si en pocos días el resfriado no se iría, ellas irían al médico. Sin embargo, tuvieron que ir a urgencias el mismo día...
A Grace le dolía la cabeza, tenía fiebre y tosía, pues no pasaba nada para preocuparse demasiado. Un resfriado de toda la vida. Cuando la niña se fue a la ducha, todo cambió de golpe.
La niña empezó a llorar y llamar a su madre. Cuando su madre asustada entró en el cuarto de baño no entendía nada. Su hija estaba de rodillas en la pila, llorando de dolor. Su madre le ayudó a vestirse y se fueron a urgencias. Como veis en la foto, nada iba bien...
Antes de ser atentidas, las dos esperaron unas horas en la sala de espera. El estado de Grace empeoraba con cada hora. Al verla, los médicos se preocuparon. Le tomaron una muestra de la médula osea y le hicieron una tomografía. Lo que luego dijeron los médicos fue horrible.