Muchas personas quieren vomitar al verla en bikini, pero lo que hace esta chica es digno de admiración.
Sara Gebert tiene 20 años, vive en Pittstown (New Jersey, USA). Hace tres años le diagnosticaron obstrucción intestinal crónica y gastroparesis, es un trastorno estomacal cuál constiste en tardar en vaciar el estómago. Sólo 4 % de la populación sufre este tipo de trastornos. Antes de ser diagnosticada Sara no podía comer ni beber, vomitaba hasta 60 veces al día. A Sara le costaba mucho aceptar su enfermedad. Ahora tiene un estoma e intenta vivir normal. Se fue de vacaciones e incluso tuvo valor de mostrarse en bikini. Tenía mucho miedo y sí, la gente la miraba mucho. Una mujer se acercó a ella para decirle algo... Sara reaccionó escribiendo las siguientes palabras en Facebook. ¡Esto os sorprenderá!
“No sé si para tí fue fácil acercarte a mí en la playa, pero a mí me cuesta hablar con desconocidos. Eras segura de tí misma y eso me ayudó a mí. Me viste así como soy realmente: una chica asustada que intenta que nadie vea su miedo.
La verdad es que no sé cuál fue tu razón, pero quiero darte las gracias. Vivir con una enfermedad crónica no es fácil y mucho menos cuando dicha enfermedad cambia tu aspecto físico como en mi caso. Cuando estoy vestida, nadie diría que no soy “normal”, pero en la playa todo es distinto.
En la playa estamos a la vista de todos. En mi caso se ve un estomia y un montón de sondas, cosas poco corrientes en la playa. Estoy acostumbrada a todo esto, pero para otras personas soy como un personaje de una película de sciencia ficción. Tú me viste como a una persona normal, no estabas mirando mi barriga, sino me miraste a los ojos. Y lueego me diste las gracias.
No sé si te fijaste, pero me sorprendiste mucho. La gente se acerbaba para llamarme asquerosa o para preguntar si en serio voy a entrar al agua. Pues cuando te acercaste, esperaba oír algo parecido, pero tus palabras me dejaron sin aliento. Me diste las gracias por dalir y llevar bikini, me constaste que tú también tenías una ileostomía y que luego te quitaron el intestino grueso. ¡Dijiste que era una inspiración para los demás! Eso significó mucho para mí.
Cuando estaba haciendo la maleta, me costaba elegir un bikini y por eso me traje todos los bañadores que tenía. Además, pensaba en comprarme uno nuevo para esconder todo mi cuerpo. De todas maneras, finalmente elegí este bikini como si no hubiera nada raro en mi cuerpo. Estaba increíblemente nerviosa. Todas las adolescentes tenemos problemas de autoestima, pero después de la operación mis complejos se multiplicaron por 100. En la playa me sentía muy mal, todo el mundo me miraba. Por suerte, después de hablar contigo, mis preocupaciones desaparecieron. Fue cuando entendí algo importante: mi apariencia daba igual. Durante el resto de mis vacaciones mi único problema fue que había llevado demasiados bikinis y no necesitaba tantos.
Otra vez te doy las gracias. Gracias por devolverme la fe en la gente. Gracias por hacerme sentir bien. Y gracias por poder disfrutar de mis vacaciones."
¡Un gran aplauso para Sara! A ver cuántas personas tendrían valor de salir en la playa en sus condiciones... ¡Todos tenemos derecho a gozar de la vida! Los que comentan su aspecto físico deberían pensar más...