Cuando lo encontraron entre la basura, pensaron que estaba muerto, ¡pero él mostró a todos cómo se lucha por la vida!
¡Por suerte ocurrió un milagro! Con cada día Patrick podía comer más pues todos lucharon por él con más entusiasmo.
Otro problema era la actitud de Patrick. El perro estaba asustado, la gente le daba miedo y estaba apático.
¡Menos mal que todo es cuestión de tiempo! Patrick primero se acostumbró a sus veterinarios y luego amó de todo corazón a su nuevo dueño.