Un anónimo informó a una organización que rescata a los animales sobre un agujero en el muro. ¡Cuando los voluntarios llegaron ahí, no podían creer a sus propios ojos!
Joe, como lo llamaron los voluntarios, vivía en este agujero lleno de basura, suciedad y excrementos. Comía sólo lo que podía robar a la gente caminando cerca de su agujero o que le tiraban por la malla. Por cierto, no entendemos una cosa. ¿¡Por qué durante tantos años nadie informó a los funcionarios sobre la situación de este mono?!
Lo terrible es que los músculos de Joe están atrofiados por falta de movimiento.
Cuando los voluntarios le dieron un plátano y le envolvieron con una manta, el animal estaba totalmente asustado. El mono tenía miedo de que su vida cambiara de rumbo otra vez, pero esta vez todo cambió de manera feliz.