Después de muchos años de descuido, este perro estaba tan peludo que nadie reconocía qué raza era. ¡Unas horas después de su transformación me entraron ganas de llorar!
Cuando los peluqueros pusieron manos a la obra, primero lo llamaron Ginta (en japonés su nombre significa "chico de plata"). El caso es que el color natural de su pelaje se parece a la plata.
Después de descartar unas afeitadoras eléctricas, unas horas del trabajo con tijeras y un baño, finalmente vieron su pelaje.
¡Ved en el video cómo Gianta se siente ahora! :)