Esta mujer estaba muriendo cuando de repente notó un soplo caluroso acariciando su mejilla. ¡Las enfermeras no podían contener las lágrimas!
Siempre cuando describimos una de las historias de este tipo pensamos en una cosa... ¿Por qué en pocos países permiten este tipo de actos de bondad? Cumplir el último deseo de alguien quién está al borde de la muerte es un gesto bellísimo. Las enfermeras del hospital de Wigan (Inglaterra) hicieron todo lo posible para que su paciente de 77 años se sintiese feliz de nuevo.
A Sheila Marsch ya no le queda mucho tiempo. La mujer de 77 años está muy enferma, pero antes de morir quería despedirse no sólo de su familia, sino también de su fiel amigo. Sheila cuidó de él durante los últimos 25 años. Su caballo se llama Bronwen. La hija de Sheila, Tina, seguirá cuidando de los animales de su madre. Seis caballos, tres perros y tres gatos son los amigos más fieles de Sheila.
Pauline Law, una de las enfermeras que ayudaron a organizar el reencuentro de Sheila y Bronwen, dijo con las lágrimas en sus ojos que esto fue muy importante para toda la familia. ¡Para todo el personal del hospital fue lo más natural del mundo! Llevaron a su paciente delante del hospital a pesar de todas las normas. ¡Y lo lograron!
¡Ojalá se atienda con tanto afecto e implicación a todos los pacientes del mundo!
¡Es una iniciativa bellísima!