Poco antes de su muerte esta anciana escribió una carta explicando quién era de verdad. Cuando su enfermera encontró dicha carta, se quedó sin palabras...
A pesar de todo en este cascarón viejo sigue viviendo aquella joven y su corazón que le duele mucho sigue latiendo.
Recuerdo todos los momentos buenos, también recuerdo los malos. Otra vez pienso en cada día. Pienso en los tiempos que se acabaron rápido, demasiado rápido...
Acepto el hecho de que nada vuelva hacia mí, pero por lo menos vosotras podríais abrir los ojos y verme a mí. Verme a mí de verdad."
Cada persona mayor podría firmar estas palabras. Todos eramos jovenes, enamorados, llenos de planes para el futuro. Todos seremos viejos y ojalá nuestros seres queridos no nos muestren su espalda en aquel momento.