Los funcionarios oyeron un ruido en un edificio abandonado. Cuando entraron, vieron algo que les rompió el corazón.
Emma también sufrió mucho. Tenía anemia, no podía andar. Por eso Anthony, uno de los trabajadores de la organización, la llevaba en sus brazos. A Emma le gustó tanto esta manera de "viajar" que no quería renunciarlo.
Anthony también se acostumbró a ella y por eso... la adoptó. Ahora Emma se va con el al trabajo todos los días. La perrita ayuda a otros animales a combatir su miedo.
Emma y Oscar tuvieron mucha suerte. Según las estadísticas, sólo 10% de los perros abandonados encuentra una nueva casa. Esperamos que estas estadísticas mejoren pronto y la gente pare de abandonar a sus mascotas.