Tenía lágrimas en los ojos cuando me enteré donde desaparecía este perro cada día. Su historia conmoverá a todos...
Nos encantan los perros, pero no sin razón. Son los amigos más fieles que nos aman con un amor incondicional. Masha, la perrita de esta historia, adoraba a su dueño. Es algo que no cambió incluso después de la muerte de este señor...
Hace dos años el dueño de Masha se encontró en el hospital por primera vez. La perrita no quería salir sin él. Por desgracia, otra visita en el hospital fue la última. El señor mayor murió ahí hace un año.
Masha todos los días vuelve a la recepción del hospital ya que ahí vio a su dueño por última vez. Las enfermeras no quieren echarla del hospital.
La perrita vuelve a su casa sólo por las noches para cuidar de la granja de su dueño. Lo hacía toda su vida.