¡El ladrón no lo olvidará pronto! Se merece eso, ¿verdad?
Tom Mabe estaba harto de un ladrón que apareció en su barrio robando paquetes y cajas que los mensajeros dejaban en el umbral de las casas. Tom y sus vecinos quisieron darle una buena lección al ladrón...
Prepararon una caja explosiva llena de... excrementos. Bueno, no fue demasiado sutil, pero muy eficaz. La verdad es que el detonador de esta bomba casera se estropeó, pero empezó a funcionar de nuevo cuando el ladrón se encontró en su coche.
¿Pensáis que esta experiencia desagradable le desanima a robar?