14 horas después del parto estos padres oyeron un leve sonido... La tragedia estaba acercándose.
Abbey y Robert dijeron que "sabían que su hijita tenía que nacer por alguna razón incluso si no era para ella vivir". Querían salvar a otros niños y lo lograron aunque no pudieron aprovechar todos los órganos de Annie. Además, gracias a su hija los científicos podrán analizar mejor el caso de la anencefalia. Quizás gracias a ello se pueda ayudar a otros recién nacidos.
Abbey admite que dar a luz a un niño destinado a la muerte fue increíblemente doloroso, pero se alegró por tomar esta decisión. Gracias a ello Annie se convirtió en la vida para los demás. Su muerte no fue en vano y fue lo más importante.
Abbey y Robert quisieron tener un bebé más. Su hija menor ya tiene 3 años y está totalmente sana.