Este perro esperó un año entero a su dueño. Luego sucedió algo muy bonito.
Os presentamos a un perro llamado Woody. Cuando su dueño murió, otros miembros de la familia vendieron la casa, dejando ahí a Woody. El perro esperó un año hasta que su familia volviera a por él. Se escondía en un hueco bajo el cobertizo. Los vecinos le daban de comer y de beber.Ahora la buena gente de la fundación Hope for Paws (La esperanza para las patas) se ocupa de Woody. Lisa se convirtió en la nueva dueña del perro. Woody ya está mejor, tanto en el aspecto físico, como en el aspecto psicológico. Ahora sólo le queda esperar un hueco en su casa de destino.
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