Tuvo que esperar 10 años para este momento. ¡Lo cómo se veían sus cascos era imperdonable!
Luego le tocó un baño y el corte de su pelo.
Gracias a los cuidados de los voluntarios y los veterinarios el animalito empezó a sentirse mejor.
¡Ahora Pooly se siente de maravilla!
¡Qué bien que alguien le haya ayudado! ¡Ojalá más gente actue de esta manera! ¡A compartir este artículo!