Después de dos embarazos, esta aficionada al deporte vuelve con sus entrenamientos, pero nota una cosa rarísima.
A pesar de sus entrenamientos, a Stephanie le costaba recuperar la forma física. Se cansaba mucho, además a menudo paraba de correr por tener que ir al baño... Su propio cuerpo le avergonzaba y por eso, ya desesperada, se fue al médico.
Los doctores le dijeron que lo que le pasa se llama la diástasis abdominal, es decir, sus músculos rectos del abdomen se separaron para dejar más hueco a su bebé... Stephanie se quedó embarazada por segunda vez demasiado pronto y su cuerpo no tenía tiempo para poder con tantos cambios.
Ahora Stephanie lucha no tanto por su forma física que por aceptar a su propio cuerpo. Sin embargo, dice con una gran sonrisa que cualquier sacrificio por sus hijos vale la pena.
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