¿Queréis que la pechuga de pollo esté tierna y que se deshaga en la boca? ¡Con esta receta será muy fácil!
Si coméis carne, en vuestras mesas seguramente reina el pollo. Hay muchísimas recetas, pero si queréis preparar un plato sabroso en poco tiempo, vale la pena elegir esta idea:
Lavad la pechuga de pollo, córtadla en trozos pequeños (o cómo os gusta hacerlo) y añadid vuestras especias favoritas.
Ahora lo más importante: poned la pechuga en un bol con leche y huevo.
Después de 30 minutos sacad la carne y rebózadla en pan rallado. ¡A freír! ¡Buen provecho!
¿Conocéis a alguien a quién le gustan las pechugas de pollo? ¡A compartir esta receta con él!