Los que van a vivir con él, mueren pronto. En su casa ya han muerto más de 80 niños...
Hay personas tan bondadosas que cuesta creerlo. Mohamed Bzeek es una de estas personas. Este hombre tiene solo un objetivo: quiere dar mucho amor y mucha tranquilidad a los niños enfermos. Mohamed formó en su casa una familia de acogida para los pacientes terminales más pequeños que no tienen parientes. A este hombre le daba mucha pena la muerte solitaria de estas criaturas inocentes. Gracias a su ayuda los niños pueden contar con mucho amor, cuidado y alegría en los últimos meses de su vida.
Es una persona increíble, ¿verdad? Gracias a él el mundo es un lugar mejor. Vale la pena compartir su historia.