Su bebé no paraba de llorar, pues le dio ibuprofeno, pero cuando vio sus excrementos ya sabía que fue una emergencia.
Cuando el dolor no es demasiado fuerte, pero nos molesta bastante, tomamos un analgésico. Muchas madres les dan unas pastillas incluso a sus hijos pequeños, pero el ejemplo de Becky Atkinson de Canadá muestra que es una mala idea.
Su hija, Alba, tiene solo 10 meses y llora mucho por el dolor de las encías ya que le salen los primeros dientes. La madre de Alba quería aliviar su dolor y por eso le dio unas gotas de Advil, una medicina compuesta de ibuprofeno (se puede comprarlo en cualquier farmacia sin receta). Becky le daba un poco de dicha medicina durante unos días. ¡No sabía nada sobre las consecuencias más graves!
Becky se asustó porque cuando iba a cambiar el pañal de su hijita, vio sus excrementos negros. Se fue al hospital con Alba y por desgracia, tenía motivos para sentirse asustada. El ibuprofeno provocó una hemorragia interna y dos úlceras en el hígado.
El doctor Michael Rieder, responsable por la pequeña, dijo: “Es un caso muy poco común de los daños provocados por ibuprofeno, pero no hay duda de que demasiado ibuprofeno causa varios problemas gastrointestinales en niños”. Sin embargo, los representantes de la marca “Adil” aseguran que su medicina es segura si se la usa correctamente.
A pesar de todo creemos que más vale ayudar a nuestros hijos de manera natural para evitar todos los efectos secundarios.
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