Esta mujer lleva un año comprando solo lo indispensable. Descubrió algo que todos deberíamos saber.
¿A veces os da la impresión de que gastáis dinero demasiado rápido comprando cosas inútiles? ¿Os cuesta ahorrar para poder ir de vacaciones? La británica Michelle McGagh tenía la misma clase de problemas y por eso intentó vivir sin tener gastos innecesarios. Además, quiso comprobar la influencia de este experimento en su vida y la de su marido. La idea le pareció interesante ya que Michelle trabaja como periodista en el sector financiero.
Poca gente creía en el éxito de su experimento, pero este matrimonio mostró que de hecho es posible vivir sin tanta compra. Ellos lo lograron y describieron sus experiencias. Primero, la pareja dejó sus coches en el garaje y apostó por las bicicletas. Gracias a ello ahorraron en gasolina y mejoraron su forma (fue lo importante ya que los dos dejaron de abonar el gimnasio).
Michelle y su esposo empezaron a comer solamente en su propia casa así que ahorraron mucho dinero y adelgazaron (ahora les gusta la dieta sana). Los dos aseguran que ahora su relación es más profunda: para ellos comer juntos significa hablar más. Michelle ya sabe cómo hacer compras razonables. Siempre tiene una lista de compras con los productos que va a necesitar durante los próximos días y no mira nada más. Controla cuánto dinero gasta en sus cosméticos y admite que no necesita la mitad de lo que compraba antes.
Hay más ahorros: Michelle y su marido arreglan la ropa vieja y no compran una nueva, quedan con sus amigos en su propia casa u organizan barbacoas en el parque sin gastar nada en entrar en un pub que está de moda etc. Michelle cuenta que ahora ve cuántas posibilidades le ofrece su ciudad para pasar bien el tiempo fuera y... gratis. Hay muchos conciertos y fiestas gratuitos.
La mujer añade que los primeros meses no eran fáciles para nada, a menudo tenía ganas de elegir su coche y no la bicicleta porque estaba lloviendo o le apetecía comprar una pizza sin hacerla con sus propias manos, pero... ¡valió la pena! Con su marido ahorraron mucho dinero, cambiaron su estilo de vida, tienen más tiempo para ellos mismos, conocen a mucha gente interesante en los mejores eventos y ahora saben que en realidad no necesitan mucho para sentirse felices. En su opinión es lo mejor que aprendieron de su experimento.
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