Los gatos se hacen duros, pero en realidad tienen los corazones muy blandos. Aquí tenéis las pruebas.
Los gatos siempre intentan parecer duros y fuertes. Sin embargo, bajo su armazón hay corazones enormes.
Un gato besando al bebé.
Dos guardaespaldas con cuatro patas.
Gracias a él el viaje es más agradable.