Una mujer pensó que había rescatado a un perro, sin embargo la manera de ver esta situación por el perro fue totalmente distinta.
Su mirada se cruzó con la mía cuando andaba por el pasillo mirando con temor a las jaulas. Enseguida noté su necesidad y sabía que debería ayudarle.
Meneé la cola, pero no con demasiado entusiasmo para no asustarle. Cuando se paró al frente de mi jaula, tapé con mi cuerpo un pequeño accidente que me daba verguenza y que estaba dentro de mi jaula. No quería que supiese que hoy nadie me ha sacado fuera. A veces los trabajadores de la
perrera están muy ocupados y yo ni siquiera pensé mal sobre ellos. Cuando leía el informe sobre mi, esperaba q no se sentiría mal por mi pasado. Ahora miro hacia el futuro y me gustaría cambiar algo en la vida de una persona...
Se puso en cuclillas y me llamó suavemente. Me acerqué a las varillas para consolarle. Sus dedos sueves acaricieron mi nuca... Ella desesperadamente necesitaba a una compañía. Una lágrima bajó por su mejilla, y yo levanté una pata para asegurarle de que todo irá bien.
Un rato después abrieron mi jaula y su sonrisa era tan esplendorosa que sin pensar salté justo en sus brazos. Prometí que le voy a proteger siempre.
Prometí que siempre voy a estar a su lado. Prometí que hago todo lo que pueda para siempre ver esta sonrisa y el brillo de alegría en sus ojos.
Estaba tan feliz desde que apareció en mi pasillo. En el mundo todavía hay muchísimas personas que nunca habían entrado aquí. ¡Se puede rescatar a tanta gente! Yo salvé por lo menos a uno.
Hoy he salvado a un humano.
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