Esto debería leer cada madre que tiene un hijo.
Una madre tiene tres hijos y ni una hija. Muy a menudo los demás le decían cosas tipo “¡Tres chicos! Qué suerte tienes” ( una profesora), “No quiero un tercer hijo, temo que acabaría como tú” (otra madre de dos niños) o “Cuando mi madre estaba enferma, mi hermana le cuidaba, pero tus hijos no lo
harán por tí” (el padre de la niñera).
A veces esta mujer no sabía que responder. A veces se defendía. Luego pensó que no vale la pena perder el buen humor por las tonterías de la gente ajena. Finalmente quiso hacer una lista sobre cosas buenas que trae ser la madre de los chicos. Y también sobre los desafíos contra cuales lucha.
1.Eres su primer amor. No se puede omitir este hecho. Te enamoras de tus hijos y ellos de tí de manera inocente. Mi hermana (tiene sólo las
hijas) se sorprendía cuando mis niños me regalaban las flores silvestres o me acariciaban el pelo. Eres tú quien les enseña cómo querer a las mujer y como recibir su afecto.
2.Eres su modelo de la mujer. ¿Demuestras a tus niños tus expectativas sobre respeto y bondad? Nunca es demasiado tarde para exigir el respeto de tus hijos, tu marido y de los demás. Los niños que tienen unas madres fuertes luego buscarán unas mujeres parecidas a ellas.
3.A veces te vas a arrepentir de algo. Yo gritaba. Gritaba mucho. Mis hijos son de la edad parecida, siempre han estado llenos de energía y les gustaba gastar bromas y por todo ello me faltaba paciencia. Me da pena que no haciese más descansos para recuperar mis fuerzas y tranquilizarme.
4.Vas a pensar en una hijita. La imaginarías, pensarías en su aspecto físico y en su carácter... Es posible que viendo una chiquilla pienses: hubiera podido ser mía. No te preocupes. Se te pasará. Te lo prometo.
5.Te van a omitir melodramas de las chicas. La adolescencia de una chica... Me alegro por no tener que aguantar todos estos melodramas que se relacionan con tener una hija adolescente. Las preocupaciones, lágrimas, cotilleos, cambios de humor. Los chicos tienen otro tipo de problemas, pero normalmente son menos emocionales.
6.Tener sólo a los hijos puede ser adecuado para tí. Necesitaba años para entenderlo, pero ya sé que por tener los chicos me sentía (y sigo siéndolo) bien y contenta. A veces me gusta pasar el tiempo sóla, y sin embargo las madres de unas chicas no tienen mucho tiempo para ello. Cuando mi hijo mayor era un adolescente, me dijo: “Mamá, qué pena que no tengas una hija. Hubieras podido ir con ella a la peluquería, de compras etc.”. Él no entendía que estos momentitos de soledad eran mi huida. Me encantaba poder ir sin hijo para hacer algo femenino.
7.Son más “seguros”. Una tarde mi hijo se organizó un transporte al centro a través de la aplicación Uber. ¿Hubiera dejado a mi hija ir sola por la noche con la gente desconocida? ¡Nunca! Por supuesto a los chicos también les pueden pasar cosas malas, pero según las estatísticas es más frecuente atacar a las mujeres. Por supuesto me preocupo por mis hijos, pero un poco menos que por una hija (y les enseñó a mis niños a respetar a las chicas para que sus madres también se preocupen menos).
8.Ya siempre les vas a mirar así. La alegría de poder observarlos mientras duermen. Una sensación agradable en el corazón cuando los ves
entrando a casa. La preocupación cuando, de bromas, pelean entre sí. Ya para siempre son tus pequeños hijos y da igual cuántos años tienen en realidad. Uno de mis hijos mide 190 centímetros, pero yo sigo imaginando su carita de bebé.
9.Acepta el desafío. La educación de los chicos es una ocupación digna de respeto. Gracias a tí se convertirán en hombres fuertes, sensibles, cuidadosos. A los hombres que cuidarán de sus familias. Por supuesto es una responsabilidad grandísima, pero tu eres perfecta para poder con ella. Tienes una tarea muy importante que hacer.
Ser una madre siempre es un desafío. Vale la pena aceptarlo y hacerlo lo mejor que puedas.