Cuando salvaron a este orangután, estaba tan débil que no podía estar sentado. ¡Mira como se ve ahora!
En el primer año de su vida el pequeño orangután llamado Budi lo pasó en una jaula para gallinas. Le daban de comer solamente la leche condensada que le estaba haciendo daño poco a poco. Cuando International Animal Rescue de Indonesia le rescató, el animalito estaba enfermo, asustado y muy triste.
Cuando llegó al centro de ayuda, estaba tan exhausto que no podía moverse. Cuando el veterinario lo examinaba, el orangután chillaba de dolor. Le dieron de comer, le taparon con unas mantas limpias... Le dieron todo lo que no tenía antes. Cuesta imaginar cuánto dolor tenía que soportar un animal tan joven. A Budi le espera un camino largo hasta sentirse bien de todo. Necesita ayuda... Esperamos que ahora se sienta mejor.
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