Un policía se difrazó de un sin techo discapacitado. ¡La situación en la calle se desarrolló de otra manera que pensaba!
En Vancouver, como en cualquier ciudad grande, ocurren muchas situaciones desagradables en las calles, entre otras, los robos. Todos lo sabemos, pero a pesar de eso da rabia cuando se roba a una persona minusválida. Un policía local quiso luchar contra los ladrones y por eso uso un truco. Se disfrazó de discapacitado y se sentó en silla de ruedas. Sin embargo la situación le sorprendió mucho...
El caso es que todavía hay gente buena. Una persona se detuvo para charlar con él, otra le mostró cómo guardar bien el dinero ya que los ladrones no duermen. Nadie iba a aprovechar su discapacidad.
El experimento nos hace creer que en nuestro mundo hay de todo: tanto podemos encontrar la gente mala como la buena. Esperamos que un día podamos encontrarnos solamente con las personas tan hermosas como las que se acercaron al sargento Marcos Horsley.