Los que le rescataron le cortaron el pelo y fue entonces cuando descubrieron algo terrible. Entran ganas de llorar viendo estas fotos, pero por suerte esta historia acaba bien.
Megan va con el pequeño Bobb a todos los lados. ¡A él le gusta mucho ir con ella!
Por desgracia, Bobb no puede contar con unas prótesis. Supuestamente volvería el dolor fuerte por cuál tuvieron que amputarle dos patas. Sin embargo, el perrito se defiende cómo puede.
La calidad de su vida mejoró mucho. Ahora se alimenta bien, alguien le cuida, tiene una familia cariñosa.