No le ayudaron 35 médicos. Lo qué funcionó fue la idea loca de la madre de este niño. ¡Arriesgó mucho, pero valió la pena!
Así se ve Isaiah ahora. Ya no tiene la piel roja y dolorosa, no tiene reacciones alérgicas. Stephanie tiene su propio blog en cuál documenta la historia de su hijito. Quiere que otros padres tengan un apoyo. Y nos hace recordar que aunque a veces faltan fuerzas, la esperanza nunca muere.