Un veterinario salvó a este perro muriéndose de hambre . Sólo... ¡no es perro del todo!
Julia no confíaba en nadie. Su naturaleza salvaje y el maltrato de parte de sus ex dueños (todavía tenía una cuerda alrededor del cuello) resultó que no era fácil conquistar su amistad.
El primer contacto con agua fue doloroso para ella por sus heridas. Por suerte estaba muy tranquila y los pequeños premios para comer hicieron lo suyo.
De momento Julia tiene que volver en sí. Poco a poco se asocia con la gente. Ya se sabe que dentro de poco la mudaran a un centro especial dónde ya la esperan otros dos medio lobos.