Un niño de dos años estaba muriéndose de hambre. ¡Dos meses más tarde pasó algo que te hará soltar una sonrisa!
Muchos incrédulos dicen que la ayuda humanitaria en África no tiene sentido ya que es un cuento que nunca acaba, el dinero desaparece nadie sabe dónde y la gente aprende a vivir a cuenta de los demás. Puede ser que sea cierto, pero una cosa es segura. Los niños son los que realmente aprovechan esta ayuda. ¡Y para ellos siempre vale la pena esforzarse! Sólo mirad el ejemplo de este niño de dos años...
Este niño fue rechazado por sus propios padres. Creían que el pequeño estaba endemoniado y por eso le abandonaron. Por suerte le encontró Anja de una organización que ayuda a los niños en África. Le llevó a un centro en Lagos donde ya se encuentran otros 35 niños que pasaron por lo mismo que este pequeño: sus padres creen que están bajo la magia negra.
Así el niño se ve ahora. Anja le llamó “Hope” (“Esperanza”). Como véis, un buen tratamiento, una dieta adecuada y un poco de amor dieron sus frutos. Esperamos que otros niños tengan tanta suerte como este chiquillo...
¡Vale la pena compartirlo!