Cuando entraba a casa, su esposa le ignoraba. Quería cambiarlo y por eso le hizo esta pregunta...
El muro entre ellos desapareció. Ahora hablan mucho, comparten sus emociones y deseos. Todavía les espera mucho trabajo, a veces discuten, pero ya simplemente no quieren hacerse daño uno a otro.
Keri y Richard están juntos desde hace 30 años. Hoy pueden decir que no sólo se quieren, a ellos les gusta estar juntos. Se aprecian y se necesitan mutuamente. Lo que antes les separaba, hoy no tiene ningún significado. Ser matrimonio no es pan comido, pero encontrar una pareja para toda la vida es un regalo digno de apreciarlo.
¡A compartir esta historia! Quizás uno de vuestros amigos tenga el mismo problema...