Mientras corren hacia él, este ciclista aguanta la respiración. ¡Lo que pasa después bajo sus pies es dulce!
¿Cómo sería la mejor instrucción sobre cómo actuar viendo a una mofeta? Pues quizás sea "mantener la calma y, por si acaso, aguantar la respiración." Por suerte el ciclista de la grabación ya lo sabía. Se encontró con una familia de mofetas. Los animales sólo quisieron saludarle y luego se fueron.
Sin mantener la calma, esta historia tendría otro final para él (y menos dulce)... Una mofeta asustada ataca sin pensarlo dos veces y un líquido maloliente cual expulsa de sus glándulas anales impregna la piel y toda la ropa durante muchos días. Además, este olor alcanza una distancia de hasta seis kilómetros... ¿Imagináis ser atacados por una familia de mofetas?