Cuando le dio su último regalo a su hermanita, todos intentaban contener las lágrimas. Hubieran podido evitarlo fácilmente...
En un periódico escribieron sobre un accidente terrible. Hace pocos días un conductor borracho chocó contra el coche de una madre que viajaba con su hijita. La niña murió en el camino al hospital y la mujer seguía luchando por su vida. ¿Serían la madre y hermana de este niño?
Durante dos días la mujer hojeaba todos los periódicos locales, leía todas las notas necrológicas. La víctima del accidente murió, escribieron sobre su entierro. La mujer compró un ramo de rosas blancas y se fue al cementerio.
Lo vi enseguida. Estaba al lado de su padre, sujetaba la muñeca y una rosa blanca. La mujer no sabía que decir, bueno, ¿qué se podía decir en esta situación? Llorando dejó las flores y última vez miró al niño. Se hizo maduro demasiado pronto. Miró a su padre que estaba desesperado.
Sólo una decisión de un conductor borracho arruinó a una familia entera. Arruinó la niñez de un niño. ¿Bebes? No conduzcas.
Es una historia muy triste, pero quizás gracias a ella alguien piensa antes de cometer el peor error.