Un perro medio muerto de hambre erraba por las calles. ¡Cuando por fin se encontró en una clínica, el veterinario no creía lo que encontró en su estómago!
La vida de este perro callejero cambió radicalmente: engordó, tiene mucha comida, todos los días alguien le cuida y juntos dan largos paseos.
No hace falta mucho para que cambie la vida de un perro callejero, pero para él eso pueda signficar ganar otra vida...
¡Vale la pena ayudar! ¡Pásadlo a los demás!