Le rogaba a su madre que no lo hiciera, pero ella no pudo hacerle caso. La razón os conmoverá hasta llorar.
Sin embargo, Jonathan tiene una oportunidad de vivir sin tanto dolor. Quizás le ayude un transplante de médula ósea. La donante es su propia madre, pero de momento hay que esperar. Por desgracia, se sabe muy poco sobre esta enfermedad, pero gracias a Jonathan pueden hacer varias investigaciones.
A pesar de sufrir continuamente Jonathan sonríe e intenta cumplir sus sueños (por ejemplo en la foto lo véis con su equipo de hokey favorito). ¡A tomar ejemplo de este chico ya que tenemos más posibilidades que él! Sería avergonzoso no aprovecharlas.
¡Cruzamos los dedos por él! Pásadlo a los demás.