Su padre tenía que cuidarla solo una noche. Una hora más tarde, su madre recibió una noticia terrible.
Cheyenne ya tiene 3 años y... va mejorando. Los médicos dijeron que la niña estaría paralizada, pero la rehabilitación le ayudó mucho. Cheyenne sigue teniendo problemas con su pierna y mano (por un coágulo). De todas maneras, ¡la niña se siente mejor y es un milagro!
A Amy le cuesta entender lo sucedido. Su hija sufrió a manos de la persona más cercana...
Por desgracia, no siempre podemos proteger a nuestros hijos si el agresor se encuentra entre los miembros de la familia...
Vale la pena compartirlo.